“Cuando una persona se apropia de una identidad diferente a la suya para hacerse pasar por esa otra persona, con la finalidad de obtener recursos o beneficios a su nombre, se le conoce como robo de identidad”, alertó el INAI.
Esta fue la realidad de una mujer que fue víctima de un robo de identidad, pues a base de sus datos personales, criminales hicieron uso de su crédito para comprar tres automóviles. Sin embargo, cuando Teresa se enteró ya era demasiado tarde. Si bien es cierto que se tomaron las medidas necesarias para solucionar la situación, hubieron daños permanentes que no pudieron eliminarse, pues “su historial crediticio aún aparece como cliente morosa y esto no le permite solicitar algún tipo de financiamiento”.
Dicha experiencia deja al descubierto la alarmante situación que se vive día a día por esta clase de crímenes. Ya que “en México, el robo de identidad va en aumento. De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), de enero a septiembre de 2016, las quejas por robo de identidad suman casi 53 mil. Según datos del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en este delito.”
Nadie es la excepción, ¿y tú? ¿ya te informaste?